sábado, 22 de enero de 2011

Nombres e idiomas

En los últimos días ha habido dos noticias que me han llamado la atención, por un lado el Papa ha pedido que utilicemos nombres cristianos para nuestros hijos y por otro lado el empleo de traductores en el Senado.

En el primer caso no sé que se puede decir, yo n estoy muy a favor de limitar los nombres y os pongo un caso curioso, que es el de Santa Gemma, cuando se bautizó no había ninguna santa con su nombre y fue motivo de discusión entre su madre y su tío (su padrino) entonces el sacerdote dijo "Muchas gemas hay en el cielo, esperemos que también ella sea un día otra gemma del Paraíso" y así fue como se convirtió en la primera santa con ese nombre... Sin embargo después de leer este artículo creo que si que hay que pararle los pies a algunos padres que está tontos del culo. En mi época se estilaban nombre normales de santos, luego hubo una época que dio la fiebre del culebrón y víctima de esta época son las Topacios, Rubíes, Abigailes, Yonatans (o como se escriba), etc... En fin, qué opináis vosotros, qué nombre le pondríais a vuestros hijos y como veis las limitaciones a los nombres del artículo que os presentaba previamente.


En el segundo caso, traigo la encuesta de un periódico de izquierdas (20minutos) sobre lo que piensa la gente sobre lo de los traductores en el Senado, la verdad es que es una vergüenza que en tiempos de crisis y con un idioma común, tengan que implantar este tipo de medidas, de las cuales no estoy en contra radicalmente, sino que simplemente no pienso que sea el momento y sería el primer recorte en caso de nueva crisis, no se puede malgastar el dinero en calmar egos nacionalistas, cuando la gente en nuestro país está al borde de comenzar a tener que pedir en la calles masivamente, lo siento, no se puede gastar 12000 euros diarios en mantener un servicio innecesario. En fin, lo mismo, os pido vuestra opinión, a ver si yo me estoy volviendo loco.





1 comentario:

Javi dijo...

Traductores en el senado: Creo que si estuviéramos en una época de bonanza la idea tampoco estaría mal, ya que serviría para integrar mejor estas lenguas, que también son españolas, y aceptar más esa España plurilingüe. Dado que estamos en crisis, hay que ahorrar, y por tanto las chorradas y similares se deben eliminar (por tanto yo los eliminaría).

Nombres raros: El Estado no debería ser quién para decirnos cómo debemos llamar a nuestros hijos (y menos el Estado Vaticano). Aparte, hay muchos padres descerebrados, flipados y empastillados, a los que se debería parar los pies. Asunto complicado del tipo "listón": lo pongamos donde lo pongamos, se quejará la gente. La única salida sería hacer lo que diga la mayoría.