Marruecos es ese país que hace que algún que otro político tosa y mire para otro lado. Marruecos nos acusa a la policía fronteriza de haber agredido a varios ciudadanos (eso sí, sin pruebas) y aquí se lía un revuelo bestial, lo que no dicen es que esas agresiones se producen a ciudadanos españoles en territorio marroquí (ver aquí y aquí) y no sucede nada, no hay bloqueos, no hay manifestaciones.
El problema aún así no es sólo el uso político que se ha querido hacer de todo el caso con cruces de mentiras a cual más grande, sobre todo tras la visita de Aznar a la zona, en la que ambos gobiernos se han acusado de no pisar Melilla (falso en ambos casos ya que Zapatero ha estado una vez y Aznar estuvo dos mientras han sido presidentes) sino como se ha saldado la situación.
Retirada de las mujeres policía de la frontera (donde está la Aído cuando se le necesita) y regalo de un millón de euros al gobierno marroquí, con visita del ministro de interior a nuestros vecinos, pero no a sus convecinos melillenses, en un tiempo de separatismo me gustaría crear un slogan "Melilla is Spain" aunque con este gobierno cada vez parezca más falso.
Os dejo como reflexión el precio que en época de crisis hemos pagado para perder nuestra credibilidad y una imagen del pasado... ¿casualidad o no?
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