jueves, 26 de agosto de 2010

Mi infancia... y mis mataderos.

Parafraseando a Machado, mi infancia son recuerdos de un patio de Porcuna, de su plazas y de sus parques, donde jugábamos al balón, a pillar, al pollito inglés, a churro va, a corona, a saltar la comba, a la rayuela (que cuando se jugaba en el barro con un pincho se llamaba "jugar al pincho"), a los meses, al conejo de la suerte o a lo que se terciara... hasta los 12 años no tuve mi primera consola (una NES) y hasta los 15 mi primer ordenador (un pentium 166MMX con Windows 95.)
Yo nací en el 82, no soy tan viejo, tengo 28 años, mi vida no solo se reduce a 20 años de estudios, 5 de trabajo y 3 de niñez, cuando yo era niño la niñez llegaba hasta los 13 años, que era cuando te bebías tu primer calimocho, hoy día eso ha cambiado, los niños tienen su primer ordenador desde que nacen, su primera consola a los 6 años, su primer móvil a los 8 y su primer calimocho... ya no tienen de eso, van directamente al primer cubata a los 10.
Les hemos dado tanto que ya no valoran nada, todo queda ahí.
Mi padre era carnicero. Cuando yo era apenas un niño íbamos al matadero cuando mi tío compraba los cerdos en Vilches a ayudar a meterlos en las hijaeras, era uno de los momentos más esperados de la semana, los domingos por la tarde (por eso y por ver al Porcuna jugar al fútbol con mi bolsa de pipas) cuando ya fui un poco más mayor mi padre empezó a llevarme al matadero de Porcuna, donde mataban entre otros animales cerdos, vacas, pollos y corderos. Allí vi la dureza del trabajo físico de matar cerdos, los tenían que cargar en peso para elevarlos y dejarlos colgados de una pata para matarlo sobre una fuente en la que los desangraban cortándole la yugular. Antes había que anestesiarlos y para ello había casi que luchar cuerpo a cuerpo con ellos, con el tiempo y el robo socialista cerraron el matadero (a la vez que abrieron varios chalets socialistas y todos los concejales "de izquierdas" estrenaron coche) y mi padre tuvo que mudar su trabajo al matadero de Jaén, mucho más industrial y donde el realizaba menos trabajo, el domingo dejaban los cerdos en las hijaeras y el lunes iban por la maquila, y recogían algunos órganos como riñones y bazos, ya que normalmente en el matadero industrial los tiraban.
Si, yo ayudé a mi padre, jugué en las calles, por supuesto que me hice heridas y se me infectaron, me dieron algún punto y estad seguros que algún zapatazo y tirón de orejas me llevé (y no por ser bueno precisamente), pero no tengo ningún trauma, tengo una carrera y media y estoy buscando un posible doctorado y aún hoy hay mucho político meapilas que quiere decirme que esa forma de educar no es la buena, que la buena es en la que educaron al Rafita, la forma giliprogre... pues nada que siga así... que vamos de culo y cuesta abajo.

No hay comentarios: